Por Ani Paitjan.
Este es un gran paso adelante que dieron Ereván e Islamabad el domingo 31 de agosto en China.
Los dos Estados acordaron intercambiar representantes y trabajar para desarrollar sus relaciones.
La reunión entre el Ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, y el Ministro de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Pakistán, Senador Mohammad Ishaq Dar, tuvo lugar en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai.
Perspectivas de colaboración.
Un tuit publicado en la cuenta oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia declaró: “Los dos gobiernos desean fortalecer sus relaciones amistosas de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los principios de respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial, no agresión, no injerencia en los asuntos internos de cada uno, igualdad, beneficio mutuo y coexistencia pacífica”.
El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán destacó que se trata de un paso histórico para los dos países y podría abrir perspectivas de colaboración en diversos campos, incluida la economía, la educación, la cultura y el turismo.
Un acercamiento inesperado en un panorama geopolítico cambiante
Hasta hace poco, las relaciones entre ambos países eran prácticamente inexistentes, por no decir hostiles. Pakistán era uno de los pocos estados que no reconocía oficialmente a Armenia, debido a su apoyo incondicional a Azerbaiyán en el conflicto de Nagorno-Karabaj. Por lo tanto, este repentino cambio de postura diplomática no es nada trivial.
¿Por qué ahora? Tres elementos del contexto estratégico
El acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán como detonante.
El anuncio se produce pocas semanas después de un acuerdo de principio entre Bakú y Ereván para normalizar las relaciones, con la mediación de Estados Unidos. Islamabad, un aliado cercano de Aliyev, celebró este avance. Habría abierto una ventana de oportunidad para que Islamabad ajustara su diplomacia.
China en el fondo.
La sede de la reunión —la cumbre de la OCS en Pekín— no es neutral. Armenia busca diversificar sus alianzas en medio de la creciente tensión con Rusia, mientras que Pakistán busca fortalecer sus lazos euroasiáticos en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. China, como facilitador tácito, podría haber promovido esta reunión como parte de su visión de una Asia Central más integrada.
Una diplomacia equilibrada para Armenia.
Atrapada entre potencias rivales (Rusia, Turquía, Irán, la UE, China), Armenia multiplica sus acercamientos. Tras sus acercamientos con India y Emiratos Árabes Unidos, establecer incluso un diálogo tentativo con Pakistán puede considerarse un gesto de equilibrio geopolítico, destinado a romper el aislamiento y evitar alineamientos rígidos.
¿Por qué este es un punto de inflexión simbólico?
Pakistán ha sido históricamente el único país musulmán que no ha reconocido a Armenia, precisamente debido al conflicto de Nagorno-Karabaj y la proximidad de Islamabad a Bakú.
En este contexto, la declaración conjunta que evoca principios como el respeto a la soberanía y la integridad territorial resulta altamente simbólica.
Marca un cambio de tono importante, sobre todo teniendo en cuenta que Pakistán fue uno de los primeros países en reconocer la independencia de Karabaj… del lado azerí.
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